Para algunos la palabra Democracia es sinónimo de libertad, en cambio para otros equivale a poder. Democracia no es meter un papel en una caja de cristal cada cuatro años esperando que nuestra vida sea mejor o menos dolorosa porque salga elegido aquel señor de traje y corbata que tan pesado se hace por televisión. El actual sistema nos proporciona una libertad (muy reducida) un día, unos minutos, excasos segundos, que no volverán a repetirse hasta cuatro años después.
Actualmente no estamos viviendo en libertad. Nuestra libertad comienza cuando cogemos el sobre con el voto dentro y termina cuando lo introducimos en la urna. Todo lo demás se nos escapa, no lo elegimos, simplemente lo padecemos. Que si pactan entre ellos (aunque se lleven a matar), que luego hacen no hacen ni por asomo algo de lo que prometieron o básicamente cumplen a rajatabla uno por uno todos los puntos con los que se desmarcaron.
Seguro que las personas que lean esto se le ocurrirá algún método distinto a la actual sistema de libertad. El actual es muy mejorable pero mucho me temo que en caso de cambiar los años de cada legislatura será para aumentarlos en cinco y no rebajarlos a tres. Quizá el modelo que voy a describir a continuación no tenga mucha aceptación mas lo importante es que haya interés en buscar, y sobre todo en encontrar, un sistema más justo, más soberano y con mucha mayor libertad.
¿Que tal si cada ciudadana/o pudiese elegir en el momento que quisiera, el día que quisiera, que solamente él/ella pusiera comienzo y fin a la época de quien le gobernase? Imaginemos un país cualquiera, por ejemplo España. Ahora lo dividimos en tres partes más o menos de las mismas proporciones, o al menos, en las mismas proporciones que el número de votantes del PSOE, PP e IU, y como no, del resto de partidos. Yo, Pepito Pérez, podría moverme libremente por el Estado Español y posar el ancla en aquella región donde gobierne el Gobierno que más me interese. Si quedo defraudado o simplemente veo que el vecino hace unas políticas que más me agradan, recogería el ancla y volvería a probar suerte en otro territorio del país.
A mi me gustaría que se probara esta idea, como reza el post, las urnas brillan por su ausencia y no por ello es menos democráctico, a decir verdad, es muy democráctico. Por supuesto que hay pegas, como tener que irte de tu casa si preside un Gobierno del que no simpatizas, bueno… eso es algo que desgraciadamente vemos todos los días, y no sólo eso, sino como hermanas, padres e hijos se separan en busca de trabajo o una vida supuestamente mejor. La gran diferencia es que hoy en día nos vamos de nuestra casa porque no nos quedan más cojones y en cambio, con el modelo que propongo cada uno elige libremente donde ir y que Gobierno tener y si te quedas en tu casa y tienes la mala suerte que te toca un Gobierno que detestas, siempre puedes tragar, la regla de oro del actual sistema democráctico.
Por otra parte estaría muy bien ver las diferencias que pone en práctica el PP, PSOE e IU. Todos los ciudadanos del Estado Español compararían e verían si les convence el Gobierno que eligieron. Además… seguro que más de uno se llevaría una sorpresa, como ver un gran número de empresarios, ejecutivos y demás «acorbatados» y la paupérrima cifra de trabajadores en todos sabemos que Partido. El bienestar de la clase obrera frente a las ideas conservadoras. En fin… muchas vendas se caerían. Es otro modelo, otra idea de Democracia pero sin urnas y con más libertades.